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En 1939 los niños españoles perdieron una literatura en la que lospersonajes de los cuentos se rebelaban contra sus narradores, elespíritu de juego ganaba la Seguir leyendo
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En 1939 los niños españoles perdieron una literatura en la que lospersonajes de los cuentos se rebelaban contra sus narradores, elespíritu de juego ganaba la partida al doctrinarismo, y la curiosidady la inteligencia infantiles triunfaban sobre la brutalidad de losviolentos. Una literatura escrita pensando en ellos, desde el afánpedagógico de las corrientes regeneracionistas y el impulso lúdico delas vanguardias. Ese año, creadores como Antoniorrobles, SalvadorBartolozzi, Magda Donato, Alejandro Casona, María Teresa León, MaríaLejárraga, Concha Méndez, Herminio Almendros, Juan Marichal, JoséMoreno Villa y muchos otros partieron al exilio, expulsados de su país y silenciados, olvidados o censurados durante décadas. La literaturainfantil española, cuya renovación habían emprendido con anterioridada la guerra, transcurrió desde entonces sin tener en cuenta susaportaciones. El olvido de estos autores y el desconocimiento del rico caudal de obras que escribieron durante su exilio en los respectivospaíses de acogida se ha prolongado hasta nuestros días. Este libro danoticia de esa otra historia de la literatura in